viernes, 1 de abril de 2022

Deporte y patriarcado.

Es curiosa la repercusión de las competiciones femeninas, en especial la del fútbol. Ni se considera tan importante como para igualarla en coberturas a ligas como la Primera o Segunda Federación, ni se la considera tan humilde como para tener el tratamiento que tienen la Tercera y la Primera y Segunda Regional. El fútbol semiprofesional no las da espacio y el fútbol de barro no se acuerda de ellas y sus historias. 

Esto, que no quiero que sea una crítica, ni se entienda como un dardo a nadie, sólo como una reflexión, tiene también causas y expresa la realidad de una sociedad patriarcal en la que el ocio y el espacio público sigue siendo dominado por el hombre. Sí, nosotros somos los que disponemos de más tiempo libre, de más tiempo de ocio. Esa foto fija de cada domingo viendo decenas de partidos masculinos, de las noches de entrenamiento tras la jornada laboral (lo dicen a menudo), no muestra la foto de una sociedad en la que la mujer sigue encargada del cuidado. Sólo salgan a los campos de fútbol femenino y vean las edades de las jugadoras, cuando empiezan a abandonar la práctica deportiva, quiénes son las que se mantienen, cuáles son sus cargas familiares (incluso, estado civil) y preguntemos por los tiempos de ocio en el hogar y la corresponsabilidad. 

No sólo es que las competiciones masculinas tengan más presencia y repercusión, más visibilidad y atención, es que eso nos muestra la realidad de un mundo que no ha evolucionado lo suficiente que sigue repartiendo de forma desigual los tiempos. Porque al final, todo en esta vida va de reparto equitativo e igualitario o descompensado: el dinero, el tiempo, la comida, las tareas domésticas, la diferencia entre lo público y lo privado, muy sexualizada.

Y siempre estará el "no interesa", que es una farsa estupenda, un excusa muy extendida. Una mentira como un castillo y no hace falta que haya una Barcelona - Real Madrid de Champions para demostrarnos que no es que no venda si que no se ha vendido, no es que no interese sino que no se ha mostrado con igualdad. Porque ejemplos hay de un interés mayúsculo. Lo vamos a ver en unas semanas en el Europeo de Badminton en Madrid con Carolina Marín, cuyo quinto título europeo pasó desapercibido o cuya recuperación no ha ocupado portadas como sí lo hace Nadal. 

Lo podemos ver en distintos partidos que se han jugado en grandes estadios en el pasado, pese a la mínima repercusión mediática de esas competiciones a lo largo del año. Lo podemos ver en los partidos de la WNBA, en los torneos de tenis, en Salamanca siguiendo al subcampeón de Europa, el Perfumerías Avenida, o en Valencia con el campeón de la Eurocup, lo vamos a ver en las finales de esos torneos próximamente, lo vemos en San Sebastián con el Bera Bera, en Lugo con el Burela... Interesar, interesa. Éxitos y llenos logran, pero, por puro machismo, por una sociedad que sigue valorando más los éxitos y deportes masculinos que los femeninos, no tiene la misma trascendencia el palmarés de la selección de baloncesto, de balonmano, de waterpolo femenino (por ejemplo) que sus homólogas masculinas. Y sólo hay que revisar la hemeroteca para ver que es una realidad. O hagan este ejercicio: digan el nombre de 5 jugadores que estuvieron en la selección campeona del mundo de baloncesto masculino y digan el nombre de 5 jugadoras subcampeonas olímpicas con la selección de baloncesto en Rio. Digan el nombre de españoles que han ganado el anillo de la NBA y el nombre de españolas que lo han logrado. Digan el nombre de 3 jugadores de la NBA y digan el nombre de 3 jugadoras de la WNBA o de las selecciones estadounidenses. Hagan lo mismo con el tenis o con el ciclismo ¿Qué hombre ostenta el récord del mundo de 100 metros lisos? ¿Y qué mujer?

Si hubiera un mínimo de igualdad, de equilibrio, de paridad en los tiempos que dedicamos a competiciones masculinas y femeninas, imagínense lo que conseguirían si ya hacen maravillas estando invisibilizadas, con una doble discriminación si el deporte no es fútbol (por deporte y por mujer). 

Si tuvieran los mejores horarios, si entrenaran y jugaran en las mismas instalaciones ¿cuánto podría mejorar su rendimiento y el valor del producto? ¿Cómo va a interesar si el mensaje constante que se manda es de cierto desdén y paternalismo, si siempre, conquisten lo que conquisten, su éxito no tendrá la repercusión que el de un hombre?

Si de lo que menos se ha hablado del Barcelona - Real Madrid del récord mundial de asistencia ha sido de fútbol, del partidazo, de los goles magistrales que vimos, si nos quedamos en la foto del récord sin contar todo lo que vieron desde la grada. Leo también que es un partido que nos han metido con calzador, como si la información que se genera y publica del fútbol masculino estuviera bien argumentada y con el peso exacto que merece.

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Si estás aquí, supongo que ya me conoces. Si no, descubreme a través de mis letras. Coge tu linterna, mágica por supuesto, y busca en este oscuro cajón tu cuchillo de palo. Soy lector selecto, es decir, leo poco, por lo que no intentes encontrar un lugar repleto de literatura. No intentes encontrar tamcpoco un lugar repleto de bellos versos o relatos hondos, pues casi no escribo. Trata de divertirte en este desorden, en esta atalaya desde la que divisaremos nuestra realidad.