lunes, 18 de octubre de 2021

Jacinto Carbajal y Mamen Blanco, baloncesto extremeño en la élite.

Los meses de los primeros estados de alarma, del confinamiento de severo, de la limitación de movimientos trajeron también muchas incertidumbres. El mundo del deporte lo vivió con especial crudeza. Temporadas que se frenaban de golpe, con contratos por pagar, con deportistas lejos de sus casas, sin poder ejercer su profesión, sin poder entrenar, sin saber cuál sería su futuro inmediato o a medio plazo. Las federaciones y el Consejo Superior de Deportes tardaron en poder dar y tramitar una respuesta ante el vacío legal que existía en una situación de abrupta interrupción de los torneos como se produjo. 

Todas las ligas cambiaron, entre ellas, las de baloncesto. Hoy, ya sabemos qué ocurrió pero a finales de abril incluso principios de mayo nadie sabía nada de lo que iba a ocurrir ¿se jugarían los partidos que faltaban? ¿Se acabarían las ligas? ¿Cómo se determinarían ascensos y descensos?

En medio de esas incógnitas, Mamen Blanco y Jacinto Carbajal esperaban noticias desde sus equipos. Mamen, ya en Plasencia, pertenecía al Granada de LF2. Carbajal había empezado a principios de año su periplo por el Almería de LF2 y preparaba la mudanza a su tierra.

Pregunté qué creían que iba a suceder y, ya de paso, hablamos de algo más. Salió esto. Espero que os guste.



Por cierto, hoy, tanto Mamen Blanco como Jacinto Carbajal coinciden en grupo en la novedosa Liga Femenina Challenge. Carbajal entrena al líder de la categoría pese a sumar su primera derrota este fin de semana, Blanco sigue creciendo en Granada en un equipo hecho para aspirar por el ascenso al igual que el Zamora del técnico cacereño. La placentina volverá a la que es su casa este sábado para enfrentarse a su club de niña, el Miralvalle.

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Si estás aquí, supongo que ya me conoces. Si no, descubreme a través de mis letras. Coge tu linterna, mágica por supuesto, y busca en este oscuro cajón tu cuchillo de palo. Soy lector selecto, es decir, leo poco, por lo que no intentes encontrar un lugar repleto de literatura. No intentes encontrar tamcpoco un lugar repleto de bellos versos o relatos hondos, pues casi no escribo. Trata de divertirte en este desorden, en esta atalaya desde la que divisaremos nuestra realidad.