martes, 11 de enero de 2022

De la ilusión al ilusionismo. Joaquín Parra.


Respetando la presunción de inocencia, sin meternos en el tema que le tiene entre rejas en este momento, sí sabemos de cosas que ha hecho, que son irrefutables.

Sin ir más lejos, cuando Joaquín Parra entró en el Badajoz (junio de 2019) ya había tenido lugar la operación "Drake" por la que entró en prisión en marzo de ese año, según las fechas, poco antes de su desembarco en Badajoz. 


(Diario El País y Diario Hoy)

En aquella macro-operación su nombre no cobró relevancia al no tener la presencia mediática que tras adquirir el Badajoz alcanzó, pero es curioso como se abrió las puertas sin preguntar ni querer saber a un empresario que resultaba desconocido y del que, salvo unos pocos, nadie dudó. Más bien, todo lo contrario. y que perjudican al CD Badajoz y que estaban ocurriendo durante ese tiempo en el que era el más querido de los presidentes, motivo de alabanzas políticas y de ejemplo a seguir. "Cuando alguien viene de fuera, pone dinero y asume riesgos, hay que ponerle una alfombra roja. A los empresarios hay que cuidarlos”. "¡Ojalá hubiese muchos Joaquín Parra en el mundo del fútbol! Ahora mismo este club proyecta una repercusión que traspasa la autonomía" decían de él desde las esferas políticas sin más información que la que él contaba.








He visto pocas veces en mi vida a Joaquín Parra. La primera y puede que la última que interactué con él fue el día del partido de Copa del Rey contra el Granada. Parra llegó al estadio aclamado por la afición del Badajoz al grito de "presidente, presidente". 

https://twitter.com/ext_ej/status/1222587714719092737

Fue la única vez, creo, que le puse un micrófono. Lo hice tras la eliminación del equipo en un partido soberbio. No recuerdo ni lo que me dijo ni lo que le pregunté. Algo banal y sin importancia, seguramente, de esas entrevistas que haces por el peso del protagonista en el momento más que por las dudas que tengas, las cosas que quieras saber o las respuestas que te vaya a dar. 

Le vi el día del partido contra el Don Benito tomando una copa junto a José Luis Quintana en el bar del palco del Nuevo Vivero. No sé cómo pero fui a parar ahí para llegar al servicio. Pero no charlamos, ni le pregunté, ni me dijo nada, aunque sentí la sensación con las miradas de estar en un lugar que no debía (igual fue cosa mía). 

El resto de las cosas que ha hecho Joaquín Parra las he vivido en la distancia. Y el último año lo he vivido desde mi casa, alejado del trabajo. Así viví la polémica por las presiones para la cesión del Nuevo Vivero, su presencia junto a Fernández Vara en El Transistor, la fase de ascenso, su amago con dejar el club, su anuncio de que seguiría un año más, su detención y todo lo que ha venido detrás hasta la última imagen que tenemos grabadas en referencia a Parra. Allí donde le aclamaban, la afición pedía que se fuera, que vendiera. 



Y en las redes la petición se ha extendido y se la han hecho quienes han puesto alfombra roja a sus quehaceres. 


Primera cuestión: las obras en el Nuevo Vivero. Alabadas por todos, consideradas gesto de generosidad, vendidas como una inversión desinteresada a largo plazo, no fueron tal. Pero vayamos por parte, lo primero que llama la atención es que, por muy propietario que sea del CD Badajoz, haga reformas en una instalación municipal de la que no tiene la concesión sin que se saque a licitación y sin que haya un aparente control por parte de los propietarios de la propiedad de las reformas que allí se iban a realizar. El estadio es del Ayuntamiento y, sin tener la concesión firmada, cuando menos resulta una alegalidad la forma en la que se hizo la reforma, alabada hasta la saciedad y puesta como ejemplo. 


Si ya la propia reforma en sí deja bastante que desear en las formas de proceder de la administración ¿quién se atrevía a quitar la música en la fiesta?, de generosa no tuvo nada. Tras hacerse la obra (que en febrero se estimaba en un coste de 1 millón de euros con el 98% pagado), Parra decidió incluir ese gasto (unos 3,1 millones de euros que son parte de la investigación abierta por presunto blanqueo de dinero) como deuda del club y llevar a Asamblea una ampliación de capital. 




Es decir, el club asumía que debía ese dinero a una empresa por las obras en un estadio que no es de su titularidad y, en vez de pagar esa deuda, las acciones de Parra pasaban de 1,5 millones de euros a 4,59, una cifra que a día de hoy resulta de vital importancia en las intenciones de venta y en la situación del club, pues el dinero puesto por Feverstone se asumía por parte del club, como si hubiera sido el club el que hubiera mandado hacer la obra a Feverstone y no al revés.





Aunque la asamblea se convocó para el 21 de mayo, finalmente tuvo lugar el 12 de junio, unas semanas después del anuncio de Parra de su continuidad al frente del club (ya en abril estaba programada la asamblea con esa ampliación de capital).



Todo esto se aprobaba en asamblea a la par que el club tenía una deuda cercana al millón de euros (información del 15 de agosto), que había impedido pagar a la nueva plantilla la primera nómina y para la que se tuvo que invertir todo el dinero obtenido de los abonos.



Todo esto ocurría mientras se presionaba políticamente para que se agilizara la cesión del estadio (que conllevaba un cambio en la ley que se iba a hacer expresamente para favorecer al proyecto de Joaquín Parra y que se estaba estudiando con abogados especializados cómo hacerlo) que hubiera supuesto también una recalificación de los usos de la zona, mientras él amagaba con irse forzando esa presión a la par que hablaba de acuerdos de cesión de suelo para construir una ciudad deportiva. Si todas aquellas presiones hubieran dado fruto… Mejor no pensarlo, pero hemos vivido meses en los que han pasado cosas que estimo de gravedad, en el que se aprobó la cesión tras el posicionamiento contrario de intervención, asumiendo por parte del anterior alcalde que se iba a contratar abogados para cambiar la ley para favorecer a un empresario concreto.



Además, se ha visto un evidente trato favorable a la hora de realizar restricciones (es el único presidente al que citó el Consejero de Sanidad para agradecer que cerrara el estadio al público) o mirar para otro lado en el cumplimiento del protocolo (algo que ha sucedido en más estadios).


En este sentido, además de las responsabilidades atribuibles a Parra, habría que empezar a pedir también respuestas a responsables públicos que han permitido y azotado todo esto.


 


Es curioso el silencio municipal y de la Junta sobre un problema que, cuando parecía de color de rosa, era tema de conversación y de presencia conjunta en los medios.




Estos son los hechos probados, más allá de su presencia actual en la cárcel y preservando siempre su presunción de inocencia en los cargos que se le imputan. Ni entro ni salgo en cuestiones que no estén probadas. Por eso me molesta especialmente que se siga queriendo vender por algunos la imagen de un Joaquín Parra generoso, de un empresario sevillano que se ilusionó con el Badajoz e ilusionó a Badajoz y que tiene la oportunidad, después de todo lo ocurrido, de vender y dejar ese recuerdo. No, ese no ha sido Joaquín Parra, eso ha sido un truco de ilusionismo que a los que miraban con recelo y preocupación les señalaban y acusaban.  

No nos engañemos, Parra vino a Badajoz a hacer negocios (y lo mismo podría decir de la compra y venta del Mérida, de la situación de Luis Oliver en el Extremadura o tantos otros).

Nada de lo que hizo lo hizo por generosidad ni por amor repentino al Badajoz: lo hizo para ganar dinero. Lícito y normal -el querer hacer eso, no algunas de las maneras ya probadas- pues el club es una SAD y como tal se gestiona. Y Parra no va a vender si a Joaquín Parra no le interesa vender el club. Parra no va a hacer lo mejor para el Badajoz ni estará en sus planes. Parra hará, lógicamente, lo que a él le convenga. Y, sinceramente, aunque pueda pasar de todo porque hay detalles que evidentemente no conocemos, es difícil creer que tenga o haya tenido una intención real de vender sus acciones si, como informó en su día Canal Extremadura y como reconocen en el comunicado publicado ayer por mis compañeros, el dinero de la venta va a ser directamente embargado. 


Salvo que obtenga algún beneficio del embargo, no va a perder las propiedades que tiene no embargables y que seguirán teniendo un valor y un posicionamiento público cuando salga de la cárcel (ya sea inocente o culpable). O, lo que es lo mismo, sólo venderá si sale ganando algo con ello. Si estima que tiene más que perder, no lo hará, no actuará en favor del Badajoz, actuará, como siempre ha actuado, en beneficio propio. 




En la última semana, hemos asistido a un tremendo espectáculo de fuegos artificiales y fenómeno de distracción. Bombas de humos constantes que hacen difícil ver la realidad aunque llega un momento en el que el humo se esfuma y las mentiras salen a la luz. Desde octubre, el Badajoz ha anunciado 3 veces que Joaquín Parra aceptaba la oferta de compra-venta de su paquete accionarial, sin muchas explicaciones ni detalles de cuantías ni porcentaje, además de otras dudas. Quizá el momento más crítico fue el emitir un comunicado anunciando una solución que se sabía falsa porque el acuerdo no estaba cerrado, más allá de que las partes encargadas de ofrecer la rueda de prensa supieran o no de la otra negociación del propietario del club. Sí sabían que el acuerdo no estaba cerrado y lo vendieron como si la solución estuviera más cerca (aunque dependa siempre de la justicia) pero la realidad era otra y la conocían. Seguían negociando.


La situación está ahora un lugar del que poca información veraz se puede sacar. Un comunicado oficial anunciando el acuerdo para iniciar el tramite judicial (ya iniciado con otro contrato en octubre) y con el CSD para que se produzca la venta, que necesitará de la autorización judicial dentro de la investigación a Joaquín Parra y sabiendo, como supimos hace unos meses, que las obras realizadas por Feverstone en el Nuevo Vivero están siendo investigadas por presunto blanqueo de dinero. Esto es importante, recuerdo, porque ese dinero se convirtió en acciones del club, en parque del paquete accionarial de Parra en el Badajoz, el pasado mes de junio.
Mes y medio después, Joaquín Parra ingresó en prisión. El 30 de enero se cumplen 6 meses de su entrada en Alhaurín de la Torre, lo que permitirá a Parra solicitar el final de la prisión preventiva si consigue convencer a la justicia de que no hay riesgo de fuga ni riesgo de dañar a las víctimas de sus supuestos delitos. La justicia debe ser garante de la presunción de inocencia. El riesgo de dañar a víctimas se suele atender en casos de violencia contra personas físicas. Si consideran que hay o no riesgo de fuga será la clave, aunque no sería ilógico que se tomaran otras medidas cautelares para hacer prevalecer esa presunción de inocencia y no privar más de libertad a una persona cumplido el plazo de 6 meses máximo de prisión preventiva para evitar destrucción de pruebas.



Fotos extraídas de redes sociales, de las páginas de Canal Extremadura, CD Badajoz, Onda Cero, Diario Hoy, Badajoz Deportes, El Periódico Extremadura, Extremadura 7 días y Palco23







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