jueves, 7 de marzo de 2013

Memento


Los que de una u otra manera vivimos el fútbol desde cerca sabemos que el deporte en general y el balompié en particular constituyen un mundo carente de memoria. En nuestro país, esta característica se acentúa y muchos clubes parecen estar dirigidos por Leonard Shelby. La destitución de Paco Herrera en el Celta de Vigo hace 15 días es un claro ejemplo de esta situación, y no tanto por los éxitos que el club celeste ha conseguido de la mano del entrenador "casi-extremeño", sino más por las declaraciones de sus dirigentes pocos meses antes de esta drástica decisión. De querer a Herrera casi hasta el final de sus días se pasó al despido en cuestión de semanas. El problema en el Celta no es que con esta decisión se olvidara el ascenso y el fútbol del club vigués con Paco Herrera en el banquillo, es que sus dirigentes también borraron de su memoria el proyecto deportivo y de supervivencia que había instaurado el técnico, con la cantera como principio y fin. Memento.

Los resultados mandan, pero las decisiones deben estar arropadas por un objetivo a más largo plazo que el de la clasificación. Tan es así que el hecho de que los resultados sean positivos no deben significar la perpetuidad de los inquilinos o artífices de aquellos éxitos si no están en consonancia con el proyecto. La victoria no es el objetivo, es la consecuencia. El objetivo es el trabajo bien hecho y, si ese trabajo tiene buenas consecuencias, cuando los resultados no lleguen, los clubes deben apoyarse en el pasado para recordar por qué tomaron aquella decisión. Si cualquier tiempo pasado fue mejor, en ese pasado debe pivotar la confianza del club y sus dirigentes para creer que en el futuro volveremos a sonreír.

Las declaraciones de Pedro Sánchez de la Nieta en Canal Extremadura Radio tras ser destituido por el Villanovense se apoyan también en la desmemoria de los clubes. No voy a quitar ni méritos ni voy a cuestionar el talento y los valores del míster ciudadraeleño, pero, sinceramente, discrepo.

Hablo siempre desde la intuición y la observación, nunca desde los conocimientos reales. No me apoyo en ninguna conversación con dirigentes, sino en lo que percibo semana tras semana en el Romero Cuerda. Desconozco el día a día, pero observo y, aunque algo miope, extraigo conclusiones, probablemente equivocadas o distorsionadas por mi agtismatismo.

Discrepo de la opinión de De la Nieta. Es más, creo que la marcha de Pedro Sánchez de la Nieta no está tan relacionada con el qué, los resultados, como con el cómo, las formas. Dolió más los 0 tiros a puerta contra el Albacete que el 0-2, hizo más daño la falta de osadía desde el banquillo, la persistencia en la defensa de 4 con Pajuelo arropando a los centrales y la ausencia de un movimiento que le diera al equipo mayor presencia en ataque que la pérdida de puntos. Yo creo que si el equipo hubiera perdido 2-5 la decisión no se había tomado. Y tampoco creo que ayudara la lectura posterior del partido. Y digo más, desde el mayor de los respetos y también desde el cariño y la admiración que profeso a un entrenador al que he visto trabajar duro y superar con creces los objetivos planteados, lamento no escuchar en la voz del técnico ninguna palabra de autocrítica. Supongo que la hace en su foro interno, pero no estaría de más, de vez en cuando, reconocer algún error. Y, al igual que se le reconocen sus aciertos, algún error habrá cometido.

Se despide De la Nieta, como en él es característico, sin esconderse y sin pelos en la lengua. Con respeto, pero sin achantarse. "He sido preso de los éxitos del año pasado". "En el fútbol existe muy poca memoria".
"En el Villanovense se ha cambiado esa mentalidad de ser un equipo que estuviera siempre pensando cuando iba a descender, cuando iba a ser un equipo descendido. No se ha sabido concebir para que se hace un equipo como el Villanovense. Se ha pasado a pensar que es un equipo que tiene que estar siempre entre los 6 primeros o entre los 4 primeros. Algunas personas no se han sabido adaptar a las condiciones y a los medios que tiene el equipo para pelear en la competición en relación a los objetivos".

Estas son algunas de sus declaraciones, las más llamativas. Es lógico creer que estamos en posesión de la verdad, pero es peligroso enrocarse en esa situación y no tratar de mirar más allá de nuestras razones para explicar las razones de los demás. Si los resultados no acompañan, si las consecuencias no llegan, puede ser que no se esté alcanzando el objetivo de estar haciendo bien el trabajo. Partamos siempre de esa hipótesis y tengamos una única certeza: no siempre es cierto lo que pensamos.

Y, creo que De la Nieta se equivoca. En noviembre, su cargo estuvo en peligro. Una serie de muy malos resultados llevaron al equipo a una situación límite. La permanencia se alejaba y el equipo parecía haber entrado en barrena. La falta de gol era un mal evidente y eso generó muchas dudas. De la Nieta fue perdiendo apoyos pero creo que su exitoso pasado, su excelente primera temporada al frente del Villanovense y su innegable dedicación creo que fueron muy tenidas en cuenta por la directiva. Supongo que también se valoró que el equino no dio pasos atrás. Y si los hubo, pero más instintivos que ordenados, más desde el miedo en el césped que desde la prudencia en el banquillo. Me explico. Faltaba gol, pero no era por renunciar al ataque. Faltaba gol porque se concedían demasiados. El equipo se sentía inseguro, y buscaba alejar sus miedos defendiendo cerca de su área, o lo que es lo mismo, lejos de la portería rival. En innumerables ocasiones vi a De la Nieta pidiendo al equipo que adelantara líneas. Demasiado miedo a conceder regalos ¿tendrá fuerzas el entrenador para cambiar el rumbo? Esa pregunta, más o menos, la hizo el presidente en directo tras un agridulce empate ante el Linense. No sé si ese día hubo ultimatum, desconozco si realmente se pensó en su destitución o si se le invitó a abandonar el club, realmente no sé si lo que se mandó fue un mensaje a la plantilla, pero la directiva acertó al apostar por la contiuidad y cuerpo técnico y jugadores respondieron con resultados. El primero, una victoria fundamental en Lepe.

El Villanovense empezó a ganar, empezó a marcar (con más frecuencia lejos del Romero Cuerda), el equipo encontró su alegría y los resultados sacaron a los serones del descenso. Pero, tras las vacaciones, todo cambió. No lo pareció, pero todo cambió.

El 2013 entró con victoria. Victoria in-extremis, de penalty y con gol del veterano Paulino. Primer gol del albaceteño en la temporada. Semanas atrás, De la Nieta había mostrado su total confianza en el 9 pese a su falta de gol "no necesitamos un ariete puro, tenemos 2 que el pasado año dieron buenos resultados". Este año, ni Willy ni Paulino parecían encontrar puerta, pero el entrenador no dudaba de ellos. Eso sí, el ex-colchonero contaba sus oportunidades desde el banquillo. Pocas veces titular, el técnico le utilizaba como revulsivo.

Contra el Melilla funcionó. Curiosamente, 7 días después, la entrada de "Bota de Vino" sería tardía. Justo cuando se disponía a incorporarse al terreno de juego, el Jaen marcaba un 0-2 que sentenciaba el partido en el Romero Cuerda. La entrada de Paulino fue como una pastilla efervescente. Ruido en el campo en los primeros minutos, pero rápida disolución. No había por donde solucionar la herida. El líder ganaba con sobriedad y con facilidad. El Villanovense ese día fue un espejismo de lo que estamos acostumbrados a ver. De la Nieta lo reconoció en rueda de prensa.

7 días después, poco más de lo mismo. El equipo mejoró contra el Almería B, dio otra imagen, pero errores propios en defensa obligaron de nuevo al Villanovense a ir de nuevo a remolque en el marcador. Y claro, cuando De la Nieta se fijó en Paulino, ya era tarde. A la semana siguiente, al delantero no le vimos en el campo, ni el banquillo, casi no le vemos ni en la grada. Sólo los más avispados se dieron cuenta de la presencia en el cemento de un alto hombre arropado y cubierto hasta las cejas cuya figura se parecía a la de aquel ariete que jornadas atrás había encandilado a la grada. Paulino no era convocado ante el San Fernando. El equipo respondía con victoria. 7 días después, Paulino volvía a quedarse fuera de la lista. El equipo perdía en Cádiz. La rumorología se activaba y, sólo días después de la derrota en el Carranza, club y jugador cerraban heridas con el anuncio de la retirada momentánea del veterano futbolista por problemas físicos. Nadie le dio absoluta credibilidad, pero la explicación, entre medias verdades, se dio por buena.


Cuentan que tras el partido en Almería, Paulino y De la Nieta tuvieron un enfrentamiento verbal. Según quien le cuente la historia, habrá más o menos gritos en la discusión.
Sólo los protagonistas conocen la realidad de los hechos, aunque, todo se ha dicho, no hay verdad verdadera, no hay verdad universal ni realidad absoluta. Seguro que cada uno de los implicados tendrá su percepción de lo que allí ocurrió. Lo que si podemos decir hoy es que aquello fue el principio del fin.

El club reconoció en la rueda de prensa que hubo "intercambio de opiniones lógicas en un vestuario y en la convivencia diaria" entre jugador y entrenador pero negó que el motivo del "adiós" o el "hasta luego" de Paulino fuera ese. Ambos quisieron aclarar que motivos físicos apartaban al delantero de los entrenamientos y también anunciaron que sí Paulino, héroe local en muchas tardes, volvía al césped sería con la camisola serona. Confiaba el club en que todo cicatrizase con el tiempo, pero la herida era profunda. No ayudaron, me consta aunque nadie me lo haya dicho, las declaraciones del entrenador al Hoy sólo 3 días después de la rueda de prensa de Paulino. http://www.hoy.es/v/20130209/deportes/segunda-b/sanchez-nieta-dificil-vuelta-20130209.html

El técnico que a finales de diciembre confiaba el gol de su equipo en Paulino, sólo un mes y medio después manifestaba abierta que el final de la carrera del albaceteño había llegado. Aunque su opinión no era contradictoria con la versión oficial, las palabras del míster evidenciaban la ruptura entre entrenador y jugador. El club trató de lavar la ropa dentro del Romero Cuerda pero se quedó prendas fuera. La victoria en Sevilla fue un torniquete que tapó la hemorragia, pero el derrame interno era imparable.

7 días después, el Villanovense recibía al UCAM. Lo hacía con su máximo goleador en Tenerife por la muerte de su padre. La tristeza invadió al equipo y al partido. El encuentro comenzó sin ocasiones, sin chicha, sin tensión ¿miedo a perder por dos equipos en descenso? En una jugada aislada, Chema Mato adelantó al Villanovense y, en la siguiente jugada, Gallardo vio la roja. 70 minutos con 10 tendría el Villanovense por delante. Ante tal situación, De la Nieta puso a todos los suyos por detrás del balón, los metió en su campo y confió la suerte del gol en alguna contra. No llegó. Sólo recuerdo una galopada de Willy desde el círculo central que no acabo ni en tiro, se interpuso un defensa. Lo que sí llegó fue el gol del UCAM, también en una jugada aislada. Los murcianos no dieron sensación de peligro, pero tampoco se vieron atosigados. De la Nieta dijo que el plan había salido perfecto. Que con 70 minutos con uno menos, lo más prudente era defender el botín y dejar a un rival directo por el camino. No sumo yo, tú que estás peor tampoco. Entendible, justificable e, incluso, plausible.

No se entendió tanto, ni se creyó que se pudiera justificar, y ni mucho menos se aplaudió la forma en la que el equipo cayó en casa ante el Albacete. Más bien todo lo contrario. Este partido, que no la derrota, fue el detonante de la decisión que se conocería tan sólo 36 horas después. Y es curioso, no había ambiente de final en el Romero Cuerda. Era evidente, por mucho que el equipo viniera de ser goleado por el Cacereño en el derby, nadie iba a decidir sobre el futuro del banquillo por el resultado ante uno de los grandes favoritos. Y no fue el resultado el que precipitó la decisión, fue el partido en sí. En un encuentro marcado por el desacierto arbitral, el Villanovense no supo estar mejor que el colegiado.

Santos Pargaña dejó a los serones con uno menos en el minuto 25 de partido. Otra vez, el Villanovense con 10 durante más de una hora. Otra vez, injustísima y errónea expulsión que, esta vez, llegaba con el partido 0-1 para el Albacete. Llegaba en la primera acción de ataque que se recuerda del Villanovense. Los primeros 25 minutos habían sido claramente manchegos. De la Nieta reconoció en rueda de prensa que el equipo no comenzó como debiera. También reconoció que el equipo estaba cometiendo errores en defensa que costaban puntos. Nada más. De la Nieta justificó en la inferioridad numérica y en la posesión de balón la ausencia de tiros a puerta de los suyos y, o mucho me equivoco, o eso fue lo que más dolió del equipo. La imagen de un conjunto roto, sin oportunidades, muy preocupado de que el contrario no hiciera un tercer gol, pero nada preocupado de buscar un tanto que recortara distancias. El Villanovense, con 10, se quedó también sin Gallardo por lesión. Óscar entró por él en el primer acto. Chema Mato hacía las veces de central y Anxo las de medio centro. Pese al 0-2, nada cambió.

De la Nieta no introdujo ni cambios, ni variantes. El equipo tenía la posesión pero no tenía a quien cederle la bola en los últimos metros. Óscar y Willy estaban muy solos, y muy lejos. La manta de los equipos de la parte baja es corta, más si se le quita un metro. Tú decides si arroparte los pies o la cabeza. De la Nieta apostó por los pies y esto le costó la cabeza dos días después.  El Villanovense mantenía el orden. Mato y Lolo de centrales, Pajuelo cerrando como quinto hombre cuando el Alba tenía el balón. Algún impulso individual dejaba entrever que el equipo estaba incómodo sin estirarse. Los cambios tardaron en llegar, y no aportaron mucho más. Pina por Tapia ¿hombre por hombre? Más o menos. Algo más de recorrido, pero pocos jugadores por delante del balón. La entrada de Facundo en el 85 no hizo sino agrandar el dolor. Personalmente, aún no entiendo porque el uruguayo entró con todo el pescado ya vendido, no entiendo porque entró por Willy y no por un hombre de la defensa, no comprendo porque no se hicieron los cambios antes, ni entiendo porque el Villanovense, con la necesidad de puntos que tiene y con el partido ya perdido, no quemó naves en busca de un resultado mejor, que bien podía ser un 2-5 pero que hubiera herido menos que el 0-2 final. Y creó que no fui el único que se hizo esa pregunta, y creo que no fue el único que miró a la cabina de prensa para buscar a Paulino, que comentaba el partido para una radio albaceteña, y creo que así, a fuego lento, se fue fraguando la destitución de De la Nieta.

Las caras a medida que salíamos del Romero Cuerda nos decían que algo iba a pasar. Quizá no supimos advertir la inmediatez, o quizá ni siquiera el club sabía que ese era el último partido de De la Nieta en ese momento, pero el vaso se había colmado. Y la rueda de prensa creo que tampoco ayudó.

Y por eso no creo que la destitución de De la Nieta sea un caso de desmemoria, una reproducción del caso Shelby. No creo que esta película se llame Memento. Tampoco sé si este enfermo ha encontrado su medicina o si la pócima estaba en la botica del míster de Ciudad Real. Eso, el tiempo nos lo dirá.

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