jueves, 14 de marzo de 2013

Me gusta el fútbol

Me gusta el fútbol. Me encanta. Es un deporte que me apasiona desde pequeño. Lo veo, lo he practicado, siempre lo he disfrutado. Soy del Celta aunque, también desde pequeño, en mi casa y en mi armario nunca falta una camiseta del Real Madrid. Mi infancia son recuerdos de las ligas de la Quinta del Buitre, mañanas y tardes enteras jugando a ser Míchel. Mi adolescencia soñó con un taconazo imposible de Redondo, dibujó en su mente los pases de Zidane, escuchó absortó la evidencia del mensaje sincero y calmado de Vicente del Bosque. Aprendí más de sus valores que de su fútbol. La virtud de la prudencia, de la humildad sincera. Sólo era un entrenador de fútbol, y él lo sabía. Desde entonces, el fútbol lo disfruto más. Aparté mis vísceras   y me puse a disfrutar. Me quité la camiseta y me dispuse a disfrutar del fútbol por el fútbol. Me gusta, me encanta, me apasiona.

Me gusta el fútbol. Ya no tengo equipo. Ahora soy del fútbol. Hoy del Madrid, ayer del Málaga, el martes del Barcelona, mañana de cualquier equipo que me permita gozar... Argentina, Brasil, el Manchester...

Al quitarme la camiseta he descubierto lo mucho que me alegró aquel gol de Koeman, recuerdo como las lágrimas casi invaden los ojos de este celtiña de pro con el dichoso penalty de Djukic, mi mente me trae los pases de Laudrup, ya fuera de blanco o de azulgrana. Cada vez entiendo menos de colores, cada vez disfruto más el fútbol. Del que llevó al Celta a Europa, del que hizo a Brasil campeona del mundo...

Da igual el color, da igual el país. Mazinho, Matthaus, Redondo, Guardiola, Xavi...

¿Cómo no disfrutar del genio, de la providencia, de la exquisitez de Xavi sólo porque vista blaugrana? ¿cómo no admirar a Iniesta? ¿Por qué tengo que ser de Cristiano si a mí me gusta más Messi? ¿por qué no puedo elegiar a los dos? Vivimos un momento único. No recuerdo un fútbol tan preciosista y maravilloso como el que han practicado el Barcelona y la selección española en los últimos años ¿por qué rendirnos al fútbol de salón de las finales de Eurocopa ante Alemania e Italia pero menospreciar al Barcelona cuando hace lo mismo? No lo entiendo. Ya no soy de ningún equipo. Soy del fútbol. Es más, soy de Xavi.

Hay días que pienso que no, que el que más me gusta es Iniesta. Pero me miento. Soy de Xavi. Messi es el mejor futbolista del mundo, Messi es el jugador con más talento individual y el que mejor fútbol practica, pero Xavi es el que ha permitido que podamos ver el mejor fútbol del planeta, de la historia. Sin Xavi, Messi es más vulgar. Sin Xavi, el Barcelona no existiría, España no jugaría a la que juega. Todas las grandes tardes de la selección coinciden con el Xavi más espléndido. Todas las grandes gestas del Barcelona coinciden con un Xavi espectacular. Baila, mueve, acierta. Siempre acierta. Gira, cambia, pasa, presiona, busca, encuentra. Siempre encuentra. Siempre acierta ¿y qué si es del Barça? ¿y qué que lo haga con el Barcelona? Habrá que disfrutarlo igual ¿no?

Me gusta el fútbol. Me gusta mucho el fútbol. Me gusta tanto el fútbol que ya no soy del Real Madrid, ya no soy sólo del Real Madrid.

No hay comentarios:

¿Quiénes somos?

Si estás aquí, supongo que ya me conoces. Si no, descubreme a través de mis letras. Coge tu linterna, mágica por supuesto, y busca en este oscuro cajón tu cuchillo de palo. Soy lector selecto, es decir, leo poco, por lo que no intentes encontrar un lugar repleto de literatura. No intentes encontrar tamcpoco un lugar repleto de bellos versos o relatos hondos, pues casi no escribo. Trata de divertirte en este desorden, en esta atalaya desde la que divisaremos nuestra realidad.